lunes, marzo 19, 2007

A veces podemos sentirnos como una bolsita de té.
Alguien nos presta su mano sin saber el motivo, y te llena de azucar y crees que todo es maravilloso. Te endulza la vida y que todo es perfecto.
Pero sin saber por qué te echa un chorro de agua hirviendo sobre ti. Todo te quema, y parece que vas a deshacerte sin más.Pero tu cuerpo resiste y terminas acostumbrandote a ese agua que te quema por dentro.
Y esa mano sin estar contenta, por último te coge te saca toda la esencia que tenias. Te escurre y te tira a la basura. Y ahi te quedas en la basura sin saber siquiera como has acabado en ese lugar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es duro dar toda tu esencia para complacer y ver que te utiliza para usar y tirar. Al menos de esta manera sabemos que de lo que estamos hechos es de riqueza y sabores que pueden hacer disfrutar a los demás. Pobre de ellos que no tienen....

Anónimo dijo...

A veces ese te es escurrido por una mano distinta, que escurre la esencia que tiene en una taza que esta rota y todo lo que llega a ella se pierde en un vacio sin recuerdo.La esencia solo permanece si la taza quiere que permanezca.