lunes, marzo 17, 2014

La generación engañada

Harta de leer, oír y ver, que ésta generación, mi generación somos la generación perdida, querría hacer ver a todo el mundo que no lo somos, realmente somos la generación engañada.
Durante toda la vida, recordaremos como nuestros padres, tutores, maestros, profesores, nos insistían en que debíamos estudiar, que esto era la mejor salida, el mejor futuro que nos podrían ofrecer, que si nos esforzábamos en estudiar tendríamos la recompensa, de que a pesar de no tener un duro hasta ya pasados los veintitantos años, conseguiríamos un trabajo que nos llenara a cambio del preciado dinero.
Yo, que soy de un pueblo-ciudad, donde lo que se trabaja(ba) es el campo ( trabajo tan digno como cualquier otro), la mayor “amenaza” que te podrían hacer era: “estudia o te irás al campo a trabajar” como si ésto fuese lo peor que te pudiera ocurrir jamás.
Después de más de veinte años estudiando, lo jóvenes nos peleamos y rogamos que nos den un trabajo en ese campo. Pero con suerte te cogerán un curriculum.

Somos una generación que lo hemos tenido todo, nunca hemos pasado hambre, todos hemos tenido un par de platos de comida caliente al día, sin dejar de contar al desayuno y merienda junto al televisor. Nunca nos ha faltado juguetes, bicicletas, videojuegos...Hemos tenido los primeros ordenadores, móviles, reproductores de música. Los pioneros en ésto de las nuevas tecnologías. El sistema nos ha dado de todo para luego quitarnos nuestro futuro.
La mayoría somos Licenciados, diplomados , graduados o técnicos de cualquier cosa. Nos hemos matado a estudiar y ahora no tenemos nada. Tenemos nuestra familia, que si no fuese por ellos no seríamos nadie. La mayoría somos mantenidos por nuestros padres y otros los más valientes emigran en condiciones penosas.

El país ha llegado a unos extremos donde los jóvenes sólo somos personas teorizadas y pero no nos deja realizarnos. Cuando yo empecé mi licenciatura, recuerdo que era una carrera con “ salidas”, sin embargo, cuando la estaba acabando, nuestro mayor sueño era poder trabajar en el Mercadona.
Ahora a los veintisiete eres demasiado mayor para algunos trabajos y demasiado inexperto para otros. Nos exigen, carrera, máster, idiomas, experiencia de varios años, cuando todavía no hemos salido al mundo laboral. Sin entrar en el tema de la mujer, que aparte de todo lo nombrado si eres guapa y estéril mejor ( no vaya a ser que te de por tener hijos). Tampoco puedes seguir formándote porque los precios están por las nubes y claro, no tenemos trabajo para poder pagarlo, y las becas...dudo si ésta palabra seguirá existiendo dentro de unos años.
Éste gobierno nos está privado de una educación digna, sanidad y cultura, al fin y al cabo nos está quitado la Libertad.
Intenta adormecer nuestras mentes metiéndonos cualquier idea en la cabeza, innecesaria, juegan al despiste, como si nosotros por no tener trabajo ni oportunidades no tuviéramos ideas.
Es indignante ver como gente sin escrúpulos decide tu futuro.
Ahora pensemos en nuestros padre, abuelos, familia. Porque aquí no sólo pagamos nosotros. Pensemos en esos padres que se deslomaron a trabajar para que tuviéramos un “algo” mejor, que venían a casa a las tantas muertos de cansancio para daros una educación en condiciones. Aquellos padres que tanto repetían “ merece la pena estar así, mientras tu tengas un mejor futuro que yo” debe ser para ellos, si se puede, más frustrante que para nosotros. Ver como tus hijos por los que tantos has luchado ahora no optan a nada.

Por nosotros, jóvenes engañados. Por ellos, padres frustrados y por los que vendrán deberíamos al menos alzar la voz. Que las ideas, por más que quieran no pueden quitárnoslas.
Ahora a vosotros, señores políticos corruptos y demás personas aprovechadas, querría deciros ( aunque dudo que me oigáis, pues no tenéis oídos más que para vosotros mismos) que sois todos una panda de degenerados,falsos, amorales, desvergonzados, malas personas, hipócritas e imbéciles. Y sí, sé que no he hablado con mucha educación, pero dado a que me priváis de ella, no pretendáis recibirla.

María D.

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