lunes, febrero 10, 2014

Canica


Qué rara costumbre cogí, al meterme una canica en el bolsillo de mi abrigo negro...
Qué bien me siento al meter la mano y notarla ahí.
Mi canica sin dueña que me saluda cuando tengo frio.

1 comentario:

raúl dijo...

algo a lo que agarrarse. mejor que un clavo ardiendo, oye.