Es raro empezar algo pensando que va a acabar.
No se por qué siempre que me ocurre algo siempre pienso en su final antes de empezar.
Sé que acabará y lo peor es que aún nunca me he equivocado.
Esta noche he sentido envidia de miradas complices. Hace mucho tiempo que yo no las tengo.
Mirar a una persona sabiendo que piensa lo mismo que tú y sonreir al saberlo.
Pero da igual.
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