Malditos humanos.
Malditos humanos que piensan que esas galletitas resecas con sabor a sobras de pescado me encantan...
Malditos humanos que me obligan a hacer nuestras necesidades en un
recipiente de arena, id vosotros a la playa, vereis, vereis ¡qué
incomodidad!
Malditos humanos que piensan que cuando les apetezca me pueden
acariar el lomo. ¡Imaginad que un gigante calvo todos los días os
despierta poniendo una gran zarpa encima de vuestra espalda!
Ay, humanos, humanos, cuando aprendereis que para nosotros,
vosotros, sois bichejos molestos. Aún así os quiero, os veo tan
indefensos, con vuestro cuerpo sin pelo, con vuestras dos patas tan
indefensas y ese poco equilibrio que os caracteriza...Algún día cuando
me deis buena comida, os enseñaré a caer siempre de pie. Lo juro.